La comunicación asertiva

A veces nos ponemos un poquito cabezones con eso de pedirles cosas a los perros. Que si “ven, ven, bonitx ven, venga coooorreee, vaaaaa”, que si “venga entra, sube, va salta!”

Y el perro te mira y no quieras saber lo que estaría pensando si estuviera pensando (de la forma que tú piensas).

Cuando pides algo a tu perro “venga, va chicx por fa please…”, tus intenciones son muy buenas pero la realidad es que estás dañando la comunicación y la manera de relacionarte con el perro.

Hay que entender que a veces tenemos que tomar decisiones, que puede que al perro no le gusten pero que lo estás haciendo por su bien y no son negociables. De la misma manera que a un niño de cinco años no le dejarías ir de manga corta a 0ºC, sin importar la pataleta que haga o lo mucho que se niegue… con tu perro a veces también te toca ser el malo o mala de la película.

Pero por suerte, a los perros igual que a los niños, se les pasa.

 

¿Qué puedes hacer para que tu decisión no perjudique o dañe la relación?

  1. Enseñar. Hay que invertir un tiempo en enseñar los comportamientos que quieres que haga tu perro. Dejarse curar una pata, entrar y salir del coche, estar en su sitio… No podemos exigir si el perro no sabe lo que tiene que hacer. Cuando tenemos claro que ese comportamiento está dentro de sus habilidades, es cuando podemos tomar decisiones aunque al perro no le venga del todo bien en ese momento.
  2. Tener la actitud correcta. Tu perro tiene un deseo, o un no deseo. Y hay algo que no conseguirá se ponga como se ponga. Esto es comprensible, no le puedes regañar por querer algo… pero tampoco le puedes decir “pero venga ven que yo soy mucho más guay”. Porque no es verdad. Nunca seremos más importantes que una mierda de vaca fresquita, una perra en celo o un campo lleno de conejos.

 

Por lo tanto, si no quieres dañar la comunicación entre vosotros, no digas nada. Ni bueno ni malo. No te enfades y no pidas por favor. Simplemente hazlo. Gestiona la situación, evita que el perro falle, utiliza las herramientas de apoyo necesarias e induce a que el perro haga lo que necesitas.

En el vídeo Guix (el muy estimado Marqués de Granollers) no quiere entrar al transportin. Lo sabe hacer, lo hace muchas veces; simplemente hay momentos en los que no quiere pero es necesario que lo haga.

(Un apunte, con perros con miedos este tipo de trabajos funciona muy bien porque les ayudas a ver que tienen una salida diferente a la respuesta de miedo).

Si le pido o le pregunto si quiere entrar la respuesta siempre será la misma. No. Por lo tanto, es importante no gastar palabras a lo tonto.

En este y muchos otros trabajos, la correa se convierte en tu mejor aliada. Es una herramienta que no solo sirve para llevar al perro del punto A al punto B, sino que la puedes utilizar para educar de muchas maneras diferentes.

La clave de la comunicación está en la asertividad. Ni pagafantas ni dictador.